Juan del Campillo 346
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Departamento de Virología e Inmunoserología - LACE Laboratorios
La parotiditis es una enfermedad viral, caracterizada por fiebre, tumefacción, inflamación y dolor al tacto de una o más glándulas salivales.1 En casos graves se observa orquitis, ovaritis, meningitis, pancreatitis, encefalitis y sordera, temporal o permanente.1,2 Tales episodios se pueden manifestar con alguno de los siguientes síntomas: somnolencia, dolor de cabeza intenso, malestar abdominal, vómitos, dolor en testículos y escroto.1,2
El sarampión es una patología viral, muy contagiosa y potencialmente grave.2 Afecta sobre todo a los niños y en algunos casos podría ser letal.2,3 Su sintomatología presenta: fiebre alta, secreción nasal, conjuntivitis y tos; además se observan pequeñas manchas blancas en la cara interna de la mejilla y la presencia de erupción en rostro y cuello, extendiéndose al resto del cuerpo.2,4 Las complicaciones pueden ser propias del virus o debidas a una sobreinfección bacteriana, e incluyen: diarrea, otitis media, neumonía (causa más frecuente de muerte) y meningoencefalitis.4
Ambas virosis se transmiten fácilmente cuando la persona infectada elimina secreciones respiratorias al hablar, toser, estornudar, o por exposición a cualquier objeto contaminado con dichos fluidos.2 La única manera de prevenir el sarampión y la parotiditis es con la vacuna triple viral (SPR: Sarampión - Rubéola - Paperas);2,4,5,6 obligatoria desde 1998 y debe ser aplicada a los niños tras cumplir el año de vida, con un refuerzo al ingreso escolar (5-6 años), según el Calendario Nacional de Vacunación.1,2,6
Luego de incorporar la vacuna en el calendario, hubo un considerable descenso en los casos de parotiditis, y se redujo la tasa de incidencia nacional en un 90%. Sin embargo, en 2015 se reportó un significativo incremento de casos (de 3.089 en el año 2014 a 5.483 durante el 2015), especialmente en la Región Centro (incluyó a Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires).1 Múltiples factores están involucrados en los brotes de parotiditis, tales como: la facilidad del contagio, y conductas que aumentan el riesgo de transmisión (compartir vasos, bombillas u otros objetos).7 Además se ha registrado un aumento creciente de los “grupos antivacunas”, lo que ha disminuido considerablemente el número de niños inmunizados.7
Respecto a los casos de Sarampión, la situación a nivel mundial ha cambiado, debido al importante descenso en las tasas de vacunación, ocasionado por interrupción en los suministros y el auge del movimiento antivacunas, sobre todo en Europa.4,7 En el año 2017 se notificaron más de 21.000 casos de sarampión en la Región Europea y 35 defunciones.2,4 Grandes brotes se registraron en Rumanía, Italia, Ucrania, Alemania, Francia, Bélgica, Rusia, Grecia y Bulgaria, entre otros.2 El mismo año se notificaron casos de sarampión en 4 países de la Región de las Américas, mientras en lo que va de 2018, 11 países han confirmado casos (Antigua y Barbuda, Argentina, Brasil, Canadá, Colombia, Ecuador, EEUU, Guatemala, México, Perú y Venezuela).2,3 El mayor brote de sarampión se desarrolla en Venezuela, con más de 1.000 casos confirmados desde abril de 2017.4 En Brasil y Colombia se registraron casos en personas provenientes de Venezuela; en este último país y en Brasil,2,4 se confirmaron además, fallecimientos asociados al brote.
En la Argentina, el último brote de sarampión fue en el año 2010, tras el mundial de fútbol en Sudáfrica, donde se registraron dos casos importados y otros 15, relacionados a exposición con personas que lo adquirieron en otros países.2,3 No había casos autóctonos desde el año 2000 (cuando se registraron 6 casos en Córdoba)2 y en marzo del presente año, el Ministerio de Salud de la Nación emitió un alerta, debido al aumento de circulación del virus en la región. En abril, y después de 18 años, se notificó en Argentina el primer caso de sarampión autóctono: una beba de 8 meses de edad, sin antecedentes de viaje y no vacunada por su edad.3
Teniendo en cuenta la situación epidemiológica mundial y el masivo tránsito de viajeros, desde y hacia países con circulación viral, existe alto riesgo de importación de casos de tales virosis y el desarrollo de brotes cuando una persona, enferma o que está incubando la enfermedad, ingresa al país. Para evitarlo, es fundamental que toda la población esté correctamente vacunada. Además, el grupo de trabajadores de la salud debe asegurarse tener las dos dosis de la vacuna.2
El Ministerio de Salud de la Nación lanzó una campaña para aplicar una dosis adicional de la vacuna triple viral, en forma gratuita y obligatoria. Se realizará entre el 1 de octubre y el 30 de noviembre, en todo el país. Deberán ser vacunados todos los niños menores de 5 años; de esta manera, se incluirán aquellos comprendidos en la franja entre la primera y la segunda dosis, previstas por el Calendario Nacional de Vacunación.8